Volvemos a los clásicos porque nos siguen interpelando, nos siguen hablando de los conflictos eternos e irresolubles
del ser humano.
Vania (versión 2)
Una reescritura de Chéjov en dos tiempos: Rusia, finales del XIX;
Castilla, a día de hoy. Un juego teatral. ¿Cómo dialoga la obra original con una reescritura actualizada? ¿Hasta qué punto las preguntas de la obra original siguen vigentes hoy?
Cuando veo un espectáculo mío, siempre quiero volver a montarlo. Si hubiera tomado esta decisión en lugar de aquella, si hubiéramos ido por este camino en lugar de aquel. Me dan envidia entonces los pintores, que vuelven una y otra vez sobre el mismo motivo. O los músicos, que se permiten enseñar sus caras B, sus rarezas, las versiones previas de un tema. Muchas veces lo más interesante me parece no el resultado final, sino los distintos acercamientos, los distintos intentos. Decía T. S. Eliot que cada poema era «un tipo diferente de fracaso». ¿No sería interesante ver a un director acercándose a una obra no una, sino dos veces?
¿O al mismo actor en busca del mismo personaje dos veces?
Vania x Vania pretende mostrar dos caminos posibles de acercarnos a esta obra, entre tantos posibles. No creo que ninguno sea completo, que ninguno sea definitivo. Pero sí serán muestras de lo fértil del texto de Chéjov: Vania seguirá ahí, puro enigma, esperando las preguntas adecuadas.
Pablo Remón